Fuente: National Geographic |
La crudeza del matrimonio infantil
revive con el caso de una niña yemení que muere por lesiones sexuales en su
noche de bodas.
Redacción RNW
Rawan tenía ocho años. Vivía en Yemen y su marido tenía 40 años.
Rawan sufrió un desgarro en sus genitales y ruptura uterina tras ser agredida
sexualmente por su marido. Su caso engrosa la dramática situación de las niñas
forzadas a casarse.
A nivel mundial, más de 10 millones de niñas son forzadas a
casarse cada año, muchas con tan sólo 8 años de edad deben casarse con hombres
mucho mayores que ellas.
En países en vías de desarrollo, 1 de cada 3 niñas contrae
matrimonio antes de cumplir 18 años. La práctica es más frecuente en Asia
Meridional y África subsahariana, en algunas partes de América Latina, el
Caribe y Medio Oriente.
Naciones
Unidas considera “el matrimonio infantil como una violación de todos los
derechos de las niños: los obliga a asumir responsabilidades para las cuales no
están ni física ni psicológicamente preparadas. Las niñas que son obligadas a
casarse se ven atrapadas para el resto de sus vidas en una realidad que
equivale a la esclavitud”.
Según el último informe “Marrying
Too Young” de la ONU, “el matrimonio infantil es un problema que
aumenta a la par de la expansión de la población juvenil en los países en
desarrollo, pese a que constituye una violación rampante de los derechos
humanos y específicamente de las niñas. Además, las niñas y adolescentes
casadas son más vulnerables a la violencia doméstica y al abuso sexual que las
mujeres adultas.”
De acuerdo con la publicación, estos fenómenos podrían reducirse
si los y las adolescentes tuvieran acceso informado y consentido libremente a
la sexualidad, una premisa que constituye un ideal de la modernización para
romper los patrones de sometimiento de las mujeres y construir relaciones
equitativas basadas en esquemas más amplios y críticos.
“El día más feliz de mi vida”
Se llama Mariana y es una niña de 13 años. Vive en Níger. Es adolescente y su
caso es uno más de la dramática realidad de las niñas forzadas a casarse.
Un jueves
por la mañana le comunican que ha sido prometida en matrimonio. Ella es una
adolescente normal, le encanta la escuela y se le dan bien todas las
asignaturas excepto, dice, las matemáticas, que es la que menos le gusta. La
noticia de que tiene que casarse le arranca las lágrimas.
“He estado triste desde el primer día en que me dijeron que no
podría ir a la escuela y que tengo que casarme. Ya no como tanto como antes. No
puedo dormir porque no paro de pensar en mi situación. Ni siquiera salgo por
las tardes con mis amigas, porque siempre siento a gente mirándome como a una
“futura esposa”… pese a mi edad” dice Mariana.
Fuente: Radio Nederland. Latinoamérica.
Fuente: Radio Nederland. Latinoamérica.
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