martes, 27 de octubre de 2020

Le diagramme climatique de Gaussen.

Le diagramme climatique est une représentation graphique du climat d’un lieu en particulier. Il se construit à partir des donnés mensuelles de la quantité de précipitations, et de la température moyenne mensuelle, qui sont recueillies en ce lieu sur une longue période.

Les éléments qui composent les diagrammes sont:
Verticalement:
·         A droite, l’échelle des températures moyennes (en °C).
·         A gauche, l’échelle des quantités de précipitations (en mm).
Horizontalement:
·         Les mois de l’année
·         Le nom de la station d’observation et du pays.

Courbes et barres:
Une courbe en rouge relie les températures moyennes de chaque mois.
Des barres en bleu représentent les quantités des précipitations mensuelles.

Traditionnellement, pour aider à l’interprétation du climatogramme,  les valeurs sur l’échelle des précipitations sont le double des valeurs correspondantes sur l’échelle des températures moyennes.


Les périodes d'aridité sont celles où la courbe pluviométrique (bleue) est en dessous de la courbe thermique (rouge). Alors, l´avantage de ce graphique est de distinguer, au premier coup d’œil, les mois secs; ceux dont le total des précipitations est égal ou inférieur au double de la température. La notion de sécheresse est liée non seulement à la quantité de précipitation mais également à la température. Une période sèche est définie par une suite successive de mois secs.
Aquí puedes ver los datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para el período 1981-2010. Compáralo.


domingo, 25 de octubre de 2020

El Poema de la semana (III)

 







Esta semana os proponemos un hermoso poema, cuyo autor es el gran poeta chileno Pablo Neruda (1904-1973), premio Nobel de Literatura en 1971. Pertenece a su famosa obra "Veinte poemas de amor y una canción desesperada"En él se evoca la estación en la que estamos, el otoño, bella a pesar de las circunstancias difíciles en las que nos encontramos.

Poema 6

Te recuerdo como eras en el último otoño.
Eras la boina gris y el corazón en calma.
En tus ojos peleaban las llamas del crepúsculo.
Y las hojas caían en el agua de tu alma.

Apegada a mis brazos como una enredadera,
las hojas recogían tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor en que mi sed ardía.
Dulce jacinto azul torcido sobre mi alma.

Siento viajar tus ojos y es distante el otoño:
boina gris, voz de pájaro y corazón de casa
hacia donde emigraban mis profundos anhelos
y caían mis besos alegres como brasas.

Cielo desde un navío. Campo desde los cerros.
Tu recuerdo es de luz, de humo, de estanque en calma!
Más allá de tus ojos ardían los crepúsculos.
Hojas secas de otoño giraban en tu alma.


domingo, 18 de octubre de 2020

El Poema de la semana (II)

 

Nos unimos a la celebración del Día de las Escritoras con la elección de una poeta: Carolina Coronado. Como en ediciones anteriores, vamos por la 5ª, la fecha elegida es el lunes más cercano a la festividad de Santa Teresa de Jesús. En esta edición, la comisaria ha sido Elvira Lindo que ha elegido como tema El esfuerzo cotidiano de las mujeres, en torno al cual gira la selección de los textos y las autoras. En este enlace podéis conocer la selección de autoras y textos para este 19 de octubre del 2.020.

CAROLINA CORONADO ROMERO DE TEJADA (Almendralejo 1820-Lisboa 1.911) fue una escritora autodidacta, coetánea de Rosalía de Castro, de tal notoriedad que la llegarían a comparar con Bécquer, además de una virtuosa del piano y del arpa. Escribió poesía, narrativa y teatro, encuadrada en el movimiento literario del Romanticismo.
C
Retrato de Carolina Coronado por Federico Madrazo. Museo del Prado. 1855. 
Os dejamos dos poemas de "amor romántico"

El amor de mis amores.
 
¿Cómo te llamaré para que entiendas  

que me dirijo a ti, ¡dulce amor mío!, 

cuando lleguen al mundo las ofrendas  

que desde oculta soledad te envío? 


 Aquí tu barca está sobre la arena; 

 desierta miro la extensión marina; 

 te llamo sin cesar con tu bocina, 

 y no pareces a calmar mi pena. 


 Aquí estoy en la barca triste y sola, 

 aguardando a mi amado noche y día; 

 llega a mis pies la espuma de la ola, 

 y huye otra vez, cual la esperanza mía. 


 ¡Blanca y ligera espuma transparente, 

 ilusión, esperanza, desvarío, 

 como hielas mis pies con tu rocío 

 el desencanto hiela nuestra mente! 


 Tampoco es en el mar adonde él mora; 

 ni en la tierra ni en el mar mi amor existe. 

 ¡Ay!, dime si en la tierra te escondiste, 

 o si dentro del mar estás ahora. 


 Porque es mucho dolor que siempre ignores 

 que yo te quiero ver, que yo te llamo, 

 sólo para decirte que te amo, 

 que eres siempre el amor de mis amores

Casa de Carolina Coronado en Lisboa.

¡Oh, cuál te adoro!

¡Oh, cuál te adoro! con la luz del día
tu nombre invoco apasionada y triste,
y cuando el cielo en sombras se reviste
aún te llama exaltada el alma mía.

Tú eres el tiempo que mis horas guía,
tú eres la idea que a mi mente asiste,
porque en ti se concentra cuanto existe,
mi pasión, mi esperanza, mi poesía.

No hay canto que igualar pueda a tu acento
cuando tu amor me cuentas y deliras
revelando la fe de tu contento;

Tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras,
y quisiera exhalar mi último aliento
abrasada en el aire que respiras.

domingo, 11 de octubre de 2020

El Poema de la Semana.

 

Después de varios meses de silencio volvemos a reencontrarnos con la Poesía. En esta ocasión de la mano de la  poeta estadounidense, recién galardonada con el premio Nobel de Literatura: Louise E. Glück. Os presentamos una breve reseña biográfica y una selección de dos poemas: El Vestido y Semejanza final. Además, podéis leer la opinión de uno de sus traductores al castellano, Abraham Gragera, en el artículo "Louise Glück, ascender a lo hondo".

Es una poeta americana de origen judío húngaro. Nació en Nueva York el 22 de abril del 1943. En la actualidad, imparte clases de lengua inglesa en el Williams College en Williamstown, Massachussets, además de hacerlo también en la Universidad de Yale, donde ocupa la Cátedra de Literatura.

Ha escrito numerosos libros de poesía por los que ha recibido premios de gran prestigio. Ya en el año 1993 se alzó con el Pulitzer de poesía por su poemario The Wild Iris (El Iris Salvaje), que también le valió el premio William Carlos Williams de la Poetry Society of America. También ha resultado ganadora del premio Nacional de Poesía Rebekah Johnson Bobbit por su obra Ararat, del National Book Critics Circle Award por su obra The triumph of Achiles o del Academy of American Poet's gracias a su obra FirstbornSu trayectoria profesional le ha permitido conseguir también la medalla al Mérito MIT o distintas becas de fundaciones como Guggenheim o Rockefeller. Tiene el honor de ser la 12ª poeta laureada por la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos (2003-2004), tiempo durante el cual escribió otra de sus principales obras, Averno. Fuente: Lecturalia.


EL VESTIDO

Se me secó el alma.
Como un alma arrojada al fuego,
pero no del todo,
no hasta la aniquilación. Sedienta,
siguió adelante. Crispada,
no por la soledad sino por la desconfianza,
el resultado de la violencia.
El espíritu, invitado a abandonar el cuerpo,
a quedar expuesto un momento,
temblando, como antes
de tu entrega a lo divino;
el espíritu fue seducido, debido a su soledad,
por la promesa de la gracia.
¿Cómo vas a volver a confiar
en el amor de otro ser?

Mi alma se marchitó y se encogió.
El cuerpo se convirtió en un vestido demasiado
grande
para ella.
Y cuando recuperé la esperanza,
era una esperanza completamente distinta.


SEMEJANZA FINAL

La última vez que vi a mi padre ambos hicimos lo mismo.
El estaba parado en la puerta de su habitación,
esperando que yo acabase de hablar por teléfono.
Que él no estuviera pendiente a su reloj
era una señal de que quería conversar.
Conversar para nosotros siempre significó lo mismo.
El decía algunas palabras, yo decía unas de vuelta.
Y en eso consistía.
Casi terminaba agosto, hacía mucho calor, mucha humedad.
Al lado los trabajadores arrojaban gravilla fresca en la marquesina.
Mi padre y yo evitábamos estar solos;
No lográbamos conectarnos, hablar por hablar.
Era como si no existieran
otras posibilidades.
Así que esta era especial: cuando un hombre se esta muriendo,
hay de que hablar.
Debe haber sido temprano en la mañana. De un lado a otro de la calle
los aspersores empezaron a funcionar. El camión del jardinero
apareció al final de la cuadra
hasta que se detuvo para estacionarse.
Mi padre quería contarme cómo era eso de morirse.
Dijo que no estaba sufriendo.
Dijo que se había quedado esperando el dolor, aguardando, pero nunca vino.
Lo único que sentía era una especie de debilidad.
Le dije lo mucho que me alegraba, que me parecía que tenía suerte.
Algunos de los maridos se subían a sus carros para ir al trabajo.
No gente que conociéramos. Nuevas familias,
familias con niños pequeños.
Las amas de casa se paraban en la marquesina, gritando o haciendo ademanes.
Nos dijimos adiós como acostumbrábamos,
Sin abrazarnos, nada dramático.
Cuando el taxi vino, mis padres lo observaron desde la entrada,
Agarrados de las manos, mi mamá tirando besos como suele hacer,
ya que le molesta cuando una mano no se está usando.
Pero por primera vez, mi padre no sólo se quedó parado ahí.
Esta vez saludó.
Eso mismo hice yo en la puerta del taxi.
Como él, saludé para esconder el temblor de mi mano.