domingo, 18 de octubre de 2020

El Poema de la semana (II)

 

Nos unimos a la celebración del Día de las Escritoras con la elección de una poeta: Carolina Coronado. Como en ediciones anteriores, vamos por la 5ª, la fecha elegida es el lunes más cercano a la festividad de Santa Teresa de Jesús. En esta edición, la comisaria ha sido Elvira Lindo que ha elegido como tema El esfuerzo cotidiano de las mujeres, en torno al cual gira la selección de los textos y las autoras. En este enlace podéis conocer la selección de autoras y textos para este 19 de octubre del 2.020.

CAROLINA CORONADO ROMERO DE TEJADA (Almendralejo 1820-Lisboa 1.911) fue una escritora autodidacta, coetánea de Rosalía de Castro, de tal notoriedad que la llegarían a comparar con Bécquer, además de una virtuosa del piano y del arpa. Escribió poesía, narrativa y teatro, encuadrada en el movimiento literario del Romanticismo.
C
Retrato de Carolina Coronado por Federico Madrazo. Museo del Prado. 1855. 
Os dejamos dos poemas de "amor romántico"

El amor de mis amores.
 
¿Cómo te llamaré para que entiendas  

que me dirijo a ti, ¡dulce amor mío!, 

cuando lleguen al mundo las ofrendas  

que desde oculta soledad te envío? 


 Aquí tu barca está sobre la arena; 

 desierta miro la extensión marina; 

 te llamo sin cesar con tu bocina, 

 y no pareces a calmar mi pena. 


 Aquí estoy en la barca triste y sola, 

 aguardando a mi amado noche y día; 

 llega a mis pies la espuma de la ola, 

 y huye otra vez, cual la esperanza mía. 


 ¡Blanca y ligera espuma transparente, 

 ilusión, esperanza, desvarío, 

 como hielas mis pies con tu rocío 

 el desencanto hiela nuestra mente! 


 Tampoco es en el mar adonde él mora; 

 ni en la tierra ni en el mar mi amor existe. 

 ¡Ay!, dime si en la tierra te escondiste, 

 o si dentro del mar estás ahora. 


 Porque es mucho dolor que siempre ignores 

 que yo te quiero ver, que yo te llamo, 

 sólo para decirte que te amo, 

 que eres siempre el amor de mis amores

Casa de Carolina Coronado en Lisboa.

¡Oh, cuál te adoro!

¡Oh, cuál te adoro! con la luz del día
tu nombre invoco apasionada y triste,
y cuando el cielo en sombras se reviste
aún te llama exaltada el alma mía.

Tú eres el tiempo que mis horas guía,
tú eres la idea que a mi mente asiste,
porque en ti se concentra cuanto existe,
mi pasión, mi esperanza, mi poesía.

No hay canto que igualar pueda a tu acento
cuando tu amor me cuentas y deliras
revelando la fe de tu contento;

Tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras,
y quisiera exhalar mi último aliento
abrasada en el aire que respiras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario