Aunque la Antártida es
el entorno natural más gélido y dos pequeños pueblos siberianos –Oymyakon
y Verkhoyansk– pueden considerarse los asentamientos humanos más fríos, si
hablamos de ciudades, Yakutsk, con
269.500 habitantes y también situada en Siberia, a orillas del río Lena, se lleva la palma.
Con una temperatura media anual de -10 ºC, que en invierno baja a -40 ºC, la capital de la república rusa de Sajá es un importante centro minero –produce el 20 % del comercio mundial de diamantes– y una de las localidades con mayor oscilación térmica: en julio se han dado máximas de 38 ºC, y en enero se han alcanzado los 64 bajo cero. No es de extrañar que Yakutsk sea sede de varias instituciones dedicadas al estudio del clima, entre ellas el Instituto de Investigación del Permafrost, la capa del suelo permanentemente congelada en las regiones árticas y subárticas.
Su clima tan extremo se debe a las peculiaridades geográficas de Siberia. Este vasto territorio se halla aislado del efecto regulador de los océanos: el Atlántico queda demasiado lejos, los macizos montañosos bloquean la salida al Pacífico y el único mar relativamente accesible es el océano Glacial Ártico... que está congelado todo el invierno. Eso sí, en Yakutsk las nevadas no son muy abundantes, lo que ha facilitado su habitabilidad, aunque no se constituyó en ciudad hasta el descubrimiento a finales del siglo XIX de sus reservas de oro y diamantes, muy explotadas en la era soviética.
Con una temperatura media anual de -10 ºC, que en invierno baja a -40 ºC, la capital de la república rusa de Sajá es un importante centro minero –produce el 20 % del comercio mundial de diamantes– y una de las localidades con mayor oscilación térmica: en julio se han dado máximas de 38 ºC, y en enero se han alcanzado los 64 bajo cero. No es de extrañar que Yakutsk sea sede de varias instituciones dedicadas al estudio del clima, entre ellas el Instituto de Investigación del Permafrost, la capa del suelo permanentemente congelada en las regiones árticas y subárticas.
Su clima tan extremo se debe a las peculiaridades geográficas de Siberia. Este vasto territorio se halla aislado del efecto regulador de los océanos: el Atlántico queda demasiado lejos, los macizos montañosos bloquean la salida al Pacífico y el único mar relativamente accesible es el océano Glacial Ártico... que está congelado todo el invierno. Eso sí, en Yakutsk las nevadas no son muy abundantes, lo que ha facilitado su habitabilidad, aunque no se constituyó en ciudad hasta el descubrimiento a finales del siglo XIX de sus reservas de oro y diamantes, muy explotadas en la era soviética.
Fuente: Muy interesante, 8-1-2014.
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